(350 palabras) F.M. Dostoievski escribió que todos los escritores rusos dejaron el "Abrigo" de Gogol. Este trabajo es considerado uno de los mejores en el trabajo de Nikolai Vasilievich y uno de los primeros en la literatura en revelar el tema del "hombre pequeño". La posición del autor es humanista, porque es él quien simpatiza con su héroe y no se burla de él.
Gogol describe amargamente la vida de un humilde funcionario en los años de Bashmachkin Akaky Akakievich. La imagen de San Petersburgo en la que vive el héroe es simbólica en términos de estancamiento, frío y desesperanza. El clima duro hace eco de la biografía de Akaki Akakievich. Una persona débil en estas condiciones no podría tener un destino diferente.
En el servicio, Bashmachkin enfrentaba constantemente el ridículo, el reproche y la humillación de sus colegas. Ninguno de ellos tuvo en cuenta su edad venerable, y cada uno se permitió la libertad con respecto a él. Akaky Akakievich humildemente soportó todo y se fue de cabeza al trabajo. Gogol empatiza con él, este sentimiento se transmite al lector. Por primera vez, notamos la simpatía de un colega Bashmachkin, cuando este último, incapaz de resistir otra burla, exclama: "Déjame, ¿por qué me estás ofendiendo?" Estas palabras sinceras se convierten en la primera campana de alarma que indica una falta de compasión que conducirá a un final trágico.
Cuando Akaki Akakievich ordena un nuevo abrigo de un sastre, notamos un cambio en él. El héroe se inspiró en previsión de algo nuevo. Un abrigo subconscientemente nuevo le serviría como un paso hacia el mundo burocrático, donde estarían imbuidos de respeto. Pero, ¿qué vemos en el futuro? Los colegas expresaron cierta reverencia por él, pero el efecto fue fugaz. Nadie notó al hombre debajo de la tela. Y el abrigo fue arrancado de sus hombros justo en la calle, en una helada severa. Y luego el héroe nuevamente tiene que experimentar la indiferencia de aquellos a quienes corrió en busca de ayuda. El funcionario superior solo le gritó al pobre Bashmachkin. Sin embargo, recordó repetidamente cómo había tratado injustamente a ese tímido peticionario. Al enterarse de la muerte repentina de Akaky Akakievich, incluso una sensación de remordimiento sintió una cara significativa. Pero nada se puede cambiar.
Al final de la historia, Gogol ilustra el triunfo de la justicia a través de episodios fantásticos con un fantasma arrancando su abrigo de la gente del pueblo. Como resultado, una persona importante le da su abrigo como recompensa por la indiferencia hacia una persona humillada. A través de estos episodios, el autor nos recuerda la necesidad de cuidarnos unos a otros y la compasión oportuna.