(279 palabras) La comedia "¡Ay de Wit!" Ha estado perturbando los corazones de los lectores y obligándolos a mirar los problemas públicos a través del prisma de la visión de A. Griboedov. No es sorprendente que el escritor introduzca personajes en su trabajo cuyos nombres se han convertido en sustantivos comunes. Uno de ellos es Molchalin.
A. Molchalin es un noble noble que recibió el "título" no por nacimiento, sino por "mérito". Famusov lo empleó como secretario cerca de él. La estupidez y la falta de educación de este personaje no le impiden ascender en la carrera profesional. Pero su "trabajo" se reduce a la ayuda de los "caballeros": en todos los sentidos trata de ser "útil", olvidando que está descendiendo al nivel de "reptil". Sus elogios sobre el pelaje del perro Khlestova son prueba de ello. Debería decirse que la ganancia es su único objetivo, por lo tanto, está tratando de tomar posesión de la hija de Famusov, Sophia. Sin embargo, él no tiene sentimientos tiernos por la niña, solo está interesado en su patrocinio. De hecho, el joven es seducido por los encantos de las sirvientas de Lisa, pero la heroína ve la duplicidad y la bajeza del caballero y lo rechaza. Aún así, el héroe ni siquiera está avergonzado por su hipocresía, lo atribuye a su crédito. No tiene su propia opinión, con la excepción de la "visión ideológica" inherente al "siglo pasado", y no una nueva. Es astuto, servicial, cobarde y engañoso. Por esto, es bien aceptado en la sociedad, es agradable con sus halagos, por lo tanto, "el silencio es felicidad en el mundo".
Por lo tanto, Molchalin es un representante típico de la sociedad que, en beneficio personal, está listo para ir a las cosas más viles. Este tipo es eterno, porque incluso hoy en día muchas personas eligen esta estrategia de comportamiento: son poco sinceros, reptilianos, agradables, y por esto obtienen buenas calificaciones, promoción y otros beneficios. Pero incluso el escritor mostró en el ejemplo de su héroe que este camino no lleva a ninguna parte. Las zapatillas de deporte nunca podrán tomar el lugar de aquellos a quienes continuamente halagan.