(273 palabras) L. Tolstoi es un gran clásico de la literatura rusa, cuyas obras no pierden relevancia hasta el día de hoy. El autor describe magistralmente el mundo interior de los héroes, obligando a los lectores a empatizar con ellos. Uno de estos personajes es el oficial ruso Zhilin de la historia "Prisionero del Cáucaso".
Zhilin era "pequeño en crecimiento", pero grande en corazón y alma: esta cualidad se manifestó en su coraje, tenacidad y amor por su madre, a quien envió el dinero que tenía. Desde la infancia, solía lograr todo por sí mismo y construir su vida como él quería. Dejando la fortaleza en el Cáucaso, será capturado; fue entonces cuando Tolstoi descubrió el personaje de Zhilin. Inmediatamente vemos la fortaleza: el héroe no dejó en problemas al camarada herido. Después de una fuga infructuosa, se puede decir que hace que los tártaros lo traten con respeto para no perder su autoestima; esto es lo que lo distingue de sus compatriotas que están con él. ¿Vale la pena decir que Zhilin fue muy astuto y al mismo tiempo inteligente? Alimentando al perro, claramente persiguió el objetivo de domesticarlo para sí mismo, de modo que cuando volviera a escapar, no se oyera su ladrido. Además de las cualidades humanas universales aceptadas, la "artesanía" era inherente al hombre; esto sugiere que sus manos eran una especie de reflejo de sus principios. No para romper, sino para reparar, esa es su verdadera moralidad.
Zhilin no se queja de la vida, está tratando de cambiarla de cualquier manera, mientras que una persona débil se sienta en su lugar y suplica compasión del enemigo. El protagonista del "Cautivo Caucásico" es una imagen colectiva de un hombre ruso simple ante el peligro. No es en vano que Tolstoi contrasta a Zhilin Kostylin, que bajó las manos, mientras que su compañero cambia su destino con sus propias manos, y no con "fuerzas celestiales". Así que se lo debe a los pobres, pero a las personas fuertes y honestas, sobre cuyos hombros descansa toda Rusia.